martes, 17 de marzo de 2009

¿A DÓNDE IRÁN?

Una canción de Víctor Manuel dice algo así como 'a dónde irán los besos que guardamos, que no damos'. Es una preciosa letra que habla de oportunidades desperdiciadas, pero yo la tomé por el lado más práctico... ¿dónde quedan realmente esas energías que casi, casi... casi nacen?

Y siendo más práctica todavía... ¿dónde van a parar los rastros de la gente que desaparece de internet?

Hace unos meses contacté con una chica especial, muy enferma, afectada por un mal que le hacía tener terribles dolores. Intercambiamos varios mails. Nos entendíamos, o eso parecía. En mi vida ha habido grandes relaciones de amistad que se iniciaron de una forma similar.

Ella un buen día desapareció. Dejó de contestarme. Dejó de publicar en su blog.

No la llegué a conocer tanto como para tener certezas. Albergo la esperanza de que simplemente decidiera abandonar el mundo cibernético, o quizás fuera una desaparición voluntaria, simplemente se cansó de mí (¿por qué no?) pero.....

A principios de año también me llevé un buen susto por J.C., él tuvo unos problemas de salud que, (sospecho que unidos a sus bajones de las épocas navideñas y algún que otro lío de faldas) le mantuvieron lejos del ordenador durante lo que a mí me pareció un tiempo lo suficientemente largo como para preocuparme. Le escribí un par de mails que no contestó. Y me seguí preocupando.

Finalmente, evidentemente, reapareció salvo y casi sano.

Pero eso me hizo darme cuenta, una vez más, de lo 'frágiles' que somos. Y de cómo he construído mi vida de los últimos meses alrededor de un humo cibernético: No tenía ni un solo teléfono, ni una sola persona de contacto a la que preguntarle '¿sabes algo de JC?'. Lo mismo me ha ocurrido con esa otra chica.

Y a la inversa.. si un día dejo de escribir en mis blogs, de contestar a los mails... varios amigos no sabrán qué fue de mí, si me tocó el euromillón o me atropelló un ferrocarril.
Y todavía más inquietante: ¿qué ocurrirá con mis blogs cuando yo no esté?. Por este en el que escribo ahora no sufro, JC continuaría, seguramente aún más negativo sin nadie que le compense, pero continuaría. Pero ¿qué ocurriría con el resto? ¿me sobrevivirían?
He oído decir que hay perfiles de facebook y blogs que son visitados por los amigos de una persona que ya no está, que le dejan nota, mensajes póstumos... los utilizan para sentir que siguen en contacto. Precioso y a la vez aterrador.
Por si acaso, yo haré un esfuerzo y prometo que el día que tenga que marchar seguiré escribiendo... quién sabe... quizás entonces tenga todavía más cosas que contar...

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