lunes, 18 de mayo de 2009

HASTA MAÑANA

Voy a cerrar los ojos en voz baja, voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja para la muerte, que es su pobre dueño.
La voluntad suspende su latido y yo me siento lejos, tan pequeño que a Dios invoco, pero no le pido nada, con tal de compartir apenas este universo que hemos conseguido por malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo: me duermo débil, sueño que soy fuerte, pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me digan cuando me despierte.


Mario Benedetti
D.E.P.

1 comentario: